jueves, 24 de febrero de 2011

Educar y convivir en la cultura global, capítulo 1 y 2

Las narrativas de progreso y las aspiraciones de la educaciòn

Cuando nosotros queremos analizar una cosa, la hacemos de una determinada manera, ya que nosotros percibimos las cosas de diferete manera, diferentes caracterìsticas, nos damos una idea de sus funciones, etc. Esas imàgenes de percepciòn, caundo nos referimos a la educaciòn, acumulan la carga histròrica de significados y valores superpuestos que estàn o han estado vigentes en algìn momento.

Al plantear el tema de las narrativas se hace referencia a los discursos que nosotros interpretamos, las narrativas vienen a ser como contelaciones formadas por enfoques para entender que la educaciòn se oriente de una u otra forma.

Plantear la educaciòn desde el anàlisis de las narrativa es como hablar de paisajes de nuestros propòsitos, toda sociedad y todoa cultura has seguido y persisten en una trayectoria màs o menos definida. Las narrativas se comportan como nuestros modelos.

Las fuentes de la experiencia. La condiciòn globalizada de los sujetos.

El giro cultural afecta decisivamente tambièn a la educaciòn, al ser èsta un fenòmeno cultural en sì y un procedimiento para difundir cultura e intervenir en su dinàmica.
Las actitudes, valoraciones, las pracicas educativas dependen del significado y de la apreciaciòn que tengamos de una serie de categorìas bàsicas como: sujeto, sociedad, cultura valiosa.
Durante el s. xx el pensamiento sobre la educaciòn ha estado marcado por la influencia de la psicologìa en aquellos aspectos màs directamente ligados a la pràctica, en lo que se refiere a la concepciòn del educando y a los procesos de aprendizaje.

El pensamiento màs propiamente pedagògico acerca de lo "educativo", al haberse montado frecuentemente sobre unas bases idealistas bastante hueras, o al haber sido relegado a los anàlisis microanalìticos , ha tenido menos influencia a la hora de generar marcos marcos potentes de pensamiento frente a otras perspectivas disciplinarias.

Pensar el el ensayo

Albert Camus, escribe un ensayo acrerca de Prometeo en los infiernos. ¿Què significa Prometeo par el hombre de hoy? Se podrìa decir que este rebelde se dirige a los dioses es el modelo del hombre contemporàneo.
Camus, reabre el poderoso mito, lo reinterpreta desde la experiencia de posguerra y redescubre en esa figura las 4 dimensiones que preocupan al hombre contemporàneo.

Como Prometeo el ensayo se mueve entre los mundos de la necesidad y del azar. Y es apartir de esta intuiciòn como pensamos en ciertos rasgos que hacen del ensayo, el cuarto gènero, un gènero prometeico.

El ensayo no puede verse sino como gènero impuro, impropio, mixto, marginal, ambiguo, inestable, impreciso, fuera de lugar, e incluso en una mirada extrema, como gènero degenerado.
El ensayo puede pensarse tambièn como una determinada configuraciòn de la prosa, que no sòlo la emplea de manera instrumental como vehìculo de transmiciòn de ideas sino que se relaciona ìntimamente cons sus potenciales artìsticas y comunicativas.